El 19 de agosto de 2003, un atentado bomba en el hotel Canal de Bagdad se cobró la vida de 22 trabajadores humanitarios, entre ellos el Representante Especial del Secretario General de la ONU para Iraq, Sergio Vieira de Mello. Cinco años más tarde, la Asamblea General adoptó una resolución que designaba el 19 de agosto como Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Cada año, este día internacional se centra en un tema, reuniendo a socios de todo el sistema humanitario para abogar por la supervivencia, el bienestar y la dignidad de las personas afectadas por las crisis y por la seguridad de los trabajadores humanitarios.
La lactancia materna es una de las mejores formas de garantizar la salud y la supervivencia del niño, pese a lo cual, actualmente, menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna.
La lactancia materna es una de las mejores formas de garantizar la salud y la supervivencia del niño, pese a lo cual, actualmente, menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna.
Las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática están aumentando el riesgo de trata. Los desplazamientos y las desigualdades socioeconómicas afectan a millones de personas en todo el mundo, que quedan expuestas a la explotación de los traficantes. Las personas que no gozan de un estatus legal, que viven en la pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación, a la atención sanitaria o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos, o que proceden de comunidades marginadas, son a menudo los principales objetivos de los traficantes.
En todo el mundo, las medidas nacionales, especialmente en los países en desarrollo, parecen estar deteriorándose. Las tasas de detección cayeron un 11% en 2020 y las condenas se desplomaron un 27%, lo que ilustra una ralentización mundial de la respuesta de la justicia penal a la trata. La pandemia de COVID-19 también alteró las propias características de la trata, empujándola aún más hacia la clandestinidad y aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas al hacer menos probable que el delito llegue a conocimiento de las autoridades. De hecho, el 41% de las víctimas que consiguen escapar de su terrible experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha contra la trata se quedan cortas.